jueves, 28 de junio de 2012

Presentación del libro "La postmodernidad ante el espejo" en la librería La Pantera Rossa

El jueves 5 de julio, a las 19 h., en el Centro Social Librería La Pantera Rossa, presentamos el libro La postmodernidad ante el espejo (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2012), coordinado por Alejandro Martínez y Jacobo Henar y que cuenta con las colaboraciones de José Luis Rodríguez, Luis Arenas, Jesús Ezquerra, Juan Manuel Aragüés, Andrés Alonso y David Pérez.

El vértigo de una época se mide por sus frustraciones, por sus partidas abiertas, por sus espacios en blanco. Nuestro tiempo es rico en carencias, se antoja viscoso y tenso al mismo tiempo, ansioso y apesadumbrado a partes iguales. Por otro lado, la reflexión productiva, el precipitado filosófico de un tiempo, es el primer paso para transponer ese citado vértigo en una mirada virtuosa. Nuestra época, caracterizada insistentemente como postmoderna, se ofrece como un escenario privilegiado para activar un ejercicio de autopercepción, una búsqueda sin fines que desemboque en una revisión radical de los fundamentos que apuntalan nuestra situación en el mundo y nuestras coordenadas históricas.

Alejandro Martínez es Licenciado en Historia y en Filosofía y máster en Estudios Filosóficos por la Universidad de Zaragoza; actualmente es becario FPU en el Departamento de Filosofía de dicha Universidad, donde prepara una tesis sobre la relación entre temporalidad y política en Walter Benjamin. En 2011 publicó La paz y la memoria (Los Libros de la Catarata), un trabajo sobre la gestión pública del recuerdo. Es colaborador habitual de Riff-Raff, La Torre del Virrey y ha publicado trabajos en Daimon, Debats y otras revistas especializadas acerca de W. Benjamin, F. Rosenzweig, G. Bataille, Z. Bauman, etc.
Jacobo Henar es Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, Licenciado en Filosofía por la UNED y Diplomado en Estudios Avanzados en Investigación en Historia del Arte y Musicología por la Universidad de Zaragoza. Compagina la docencia en bachiller con la investigación y la docencia universitaria. En la actualidad, deja el puesto de Jefe de Estudios de Bachiller para ser Director del Colegio La Salle Gran Vía de Zaragoza e imparte docencia en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Zaragoza. Ha colaborado en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza y en la elaboración del Catálogo de Patrimonio Industrial de Aragón, entre otros proyectos.


martes, 26 de junio de 2012

La Salle Gran Vía, el viaje a la Excelencia

 
La Salle Gran Via de Zaragoza ha consolidado, por tercera vez, la certificación 400+ del Club de Gestión de Calidad, en un proceso que se inició en el modelo EFQM en el curso 2005/06 con la obtención de este sello y el primer Premio de Excelencia empresarial Aragón 06.
Esta distinción es el reconocimiento a una prolongada historia en la que los centros de La Salle siempre han estado inmersos por y para la mejora e innovación pedagógica y educativa.  Dentro de este marco, desde el año 1999, el Colegio La Salle F. Gran Vía ha querido dar un salto de calidad en la gestión del centro, la organización del personal, el acompañamiento de los alumnos y sus familias, la potenciación de la innovación pedagógica, la formación en valores y el refuerzo de las señas de identidad.
Por ello, aquellos que creemos en la educación como medio indispensable para construir una sociedad más justa, más ética, más eficiente y, en definitiva, más próspera, estamos de enhorabuena ante actitudes que apuestan por el desarrollo de unas buenas prácticas institucionales y que ayudan a estructurar colectivamente los esfuerzos individuales de muchos de los docentes que desempeñamos con esfuerzo nuestra profesión.



miércoles, 20 de junio de 2012

"La postmodernidad ante el espejo" ya en librerías

Desde hace unos día ya está disponible en las librerías la publicación "La postmodernidad ante el espejo" que he coordinado con Alejandro Martínez y que cuenta con las colaboraciones de José Luis Rodríguez, Luis Arenas, Jesús Ezquerra, Juan Manuel Aragüés, Andrés Alonso y David Pérez.


Gracias a los compañeros de La Salle Gran Vía

Desde aquí quiero agradecer a los compañeros de La Salle Gran Vía el acompañamiento brindado este domingo 17 de junio en San Asensio, en una fecha tan señalada como la de la celebración del traspaso de responsabilidad que comporta una dirección de centro desde las manos del buen hacer de la experiencia de Laura Hernández hacia unas manos, las mías, cargadas de ilusión y energía. Comienza una nueva etapa en mi vida que espero esté llena de oportunidades y desafios institucionales que redunden en el beneficio sociolaboral y educativo que todos deseamos.


lunes, 11 de junio de 2012

Hopper en el Thyssen, del 12 de junio al 16 de septiembre

Aunque Hopper fue un pintor destacado dentro del contexto artístico americano desde los años treinta hasta la década de los sesenta, e incluso sobresaliente en determinados aspectos formales como el tratamiento de la luz y la composición del espacio, no puede decirse que fuera un pintor absolutamente moderno, teniendo en cuenta, cuando menos, el sentido etimológico del término.
Por ello, en esta amplia exposición podremos disfrutar de sus personajes ensimismados y melancólicos, sus calles desoladas y silenciosas y sus cafeterías y cines siempre habitados por seres solitarios que reflejan también los espacios del, entonces, incipiente hombre postmoderno. La técnica, la forma con la que se aproxima  a su concepción de la realidad, hace que a primera vista no parezca un artista de una postura muy transgresora, si se compara con artistas de fuerza revolucionaria como Pollock. Sin embargo, Hopper, aunque se mantuvo fiel a un estilo durante una larga y prolífica vida, supo reflexionar en su pintura sobre el problema de la condición humana, sobre el peso esencial del individuo.
Cuando se dice que una vez pintado da igual que la realidad desaparezca, en cierto modo se está reflejando la aspiración del artista, el cual no busca la perfección porque ésta es la negación del arte, quiere aprehender lo inaprensible. Un ejemplo de la inevitable unidad de lo fragmentario es que cada uno de los elementos que componen las obras de Hopper forman un todo, la luz, el color, la distancia que separa a las figuras, todos estos elementos van definiendo a sus personajes, los cuales forman parte de su narrativa.
Como diría Eduardo Mendoza: En los cuadros de Hopper siempre hay una frontera: entre lo que se ve y lo que queda oculto, entre el interior y el exterior, entre el gesto aislado y la secuencia a la que pertenece, entre el personaje al que nosotros miramos y lo que el personaje mira, que con mucha frecuencia está fuera del cuadro, al otro lado de una ventana que da al campo o a los tejados de una ciudad.
Así, Hopper puso de manifiesto que las imágenes que creamos parten de la realidad, sin embargo son expresión de un mundo interior íntimo, propio. Concebía las figuras de sus cuadros como si fueran personajes de una película, creó narraciones con sus cuadros. Lo que Hopper consiguió fue lo más difícil, dar forma al universo interior de sus personajes. Sus figuras detienen el tiempo para reflexionar, son personajes observados mientras toman café o mientras miran por una ventana como excusa para pensar en torno a su ser y su existencia, analizados por ojos extraños que miran sin ver, sin conocer.