En un documental del cineasta Wim
Wenders (y Juliano Ribeiro Salgado) sobre el fotógrafo Sebastião Salgado no
puede faltar la metáfora. "Vosotros sois la sal de la tierra" (Mateo
5:13). La sal, un bien preciado, que conserva, que irrita, que provoca sed, que
desertifica. En este filme se muestra la transición que el artista brasileño
realiza de la fotografía sociodocumental en series como La mina de oro de Serra Pelada (1999) o Éxodos (2000) hacia el proyecto Génesis
(2013) donde realiza un tributo a la belleza de nuestro planeta. CaixaForum
Zaragoza nos da la oportunidad de contemplar esta exposición hasta el 18 de
octubre de 2015 y que, sin lugar a dudas, dicha experiencia puede quedar
enriquecida con el visionado del documental La
sal de la tierra (2014) el domingo 20 de septiembre a las 19 horas en este
mismo centro de la Obra Social.
El
largometraje nos ayudará a comprender el camino recorrido por Salgado, entender
su sentir cuando la sal de la tierra, el ser humano, le lleva a perder la
confianza en la especie. Tras registrar algunas de las trasformaciones
demográficas y culturales más importantes de finales del siglo XX pierde el
interés por la fotografía que solamente consigue recuperar tras llevar a cabo
su proyecto de reforestación con Instituto Terra a finales de 1990 y la
vitalidad que en él despierta al fotografiar, por ejemplo, una Iguana Marina en
Galápagos (Ecuador) en el año 2004. El detalle de una de sus patas nos recuerda
la malla de un caballero medieval y nos lleva a pensar en que ambos, la iguana
y el ser humano, no somos tan distintos. Reconoce Salgado que empezar por las
Galápagos le ayudó a sentirse cerca de las reflexiones de Darwin, la iguana y
el ser humano no estamos tan alejados. Las especies nos hemos ido adaptando a
los espacios habitados.
Su último proyecto recibe este
nombre porque Salgado descubre que casi la mitad del planeta se mantiene
intacto desde su génesis. Es un canto a la esperanza, como él mismo reconoce,
una carta de amor al planeta. En definitiva, esta exposición pretende trasladar
la fascinación que el fotógrafo sintió, por ejemplo, por la aldea Zo`é de
Towari Ypy, una sociedad en la que las mujeres son pieza fundamental y cuyo
poder está fuera de toda duda o los Nenets, una pequeña sociedad de Siberia
dividida en diversas tribus. El fotógrafo brasileño convivió en una que
constaba de unas 18 personas y unos 6000 renos en constante migración.
En
estas sociedades que se han desarrollado casi de manera intacta, Salgado
encuentra cierto halo de esperanza para la humanidad y para la Tierra. Plasmar
en su obra todo ello le ha llevado a entender mejor lo que somos y a amar
profundamente el hogar al que pertenecemos. Al fin y al cabo, un fotógrafo es
alguien, literalmente, que dibuja con la luz, dice Salgado al principio del
documental. Es alguien que escribe y reescribe el mundo con luces y sombras.