Actualmente, hay dos exposiciones
en Zaragoza que, aunque puedan parecer muy distintas, muestran la importancia
radical que, para el arte y la cultura en general, debe tener el compromiso
social. Es relevante tener en cuenta que el sopor que ha generado en la
humanidad la actual política, tiene también una intencionalidad clara, arrancar
del ciudadano la esencia que lo conforma: la preocupación por el bien común.
No nacemos despreocupados, al
contrario. Eso sí, teóricamente, se nos educa en valores, pero en la práctica,
todo se ve arrastrado por la lógica capitalista neoliberal del crecimiento
desmesurado sin contemplación. Ganar dinero, el máximo posible, es nuestro
nuevo objetivo una vez programados y, si no conseguimos que sea el suficiente según dicha razón,
se nos educa para consumir en un grado desproporcionado aunque sea sin
aparentar que no podemos hacerlo. Quiero recalcar aquí que consumir
desproporcionadamente no es algo que debiera depender del poder adquisitivo
sino de la racionalización coherente de un consumo que abogue por un desarrollo
sostenible.
De esto trata la primera exposición a la que me quiero referir, Arte vs. Publicidad. Se encuentra en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza hasta el 9 de abril. En dos espacios distintos se revisan los conceptos de "marca" y de "campaña" respectivamente y, desde ellos, un heterogéneo grupo de artistas cuestionan las prácticas publicitarias para deconstruir su lógica y, así, obligarnos a reflexionar en torno a nuestros comportamientos consumistas y los preceptos aceptados y normalizados por la masa social.
Por otra parte, en el palacio de Sástago, podemos disfrutar de la exposición Manuel Viola, en recuerdo del porvenir hasta el 29 de mayo. Este artista zaragozano, en su tránsito hacia el informalismo, fusionó de manera magistral la abstracción lírica francesa con la tradición de la pintura española, especialmente la del Goya más "negro". Y es en esta búsqueda de sí mismo, donde el artista expresa la vida y plasma su carácter más reivindicativo.
Su amigo Picabia dijo de él: "Si un día Viola tiene a la vez una cita con la vida y con un cuadro, se irá siempre con la vida".