Esta frase del Ocaso de los ídolos de Nietzsche es una de las que más
me gusta recordar.
¿Cómo, si no, canalizar la infinita energía que desborda las costuras de
nuestras limitadas vidas?
Hoy he querido descubrir "Tú sí sabes quererme" de Natalia
Lafourcade a un grupo de personas con las que me estoy conociendo. Llevaba un
tiempo viviendo la vida de otra persona, no sé de quién, pero sé que no era yo
quien habitaba en esa piel. Ese tiempo abandonado de mi ser me consumía sin
tener conciencia de ello y no se detenía. No tener conciencia de ello era morir
sin saberlo. Y no se detenía.
Hoy, radiante de empezar a conocerme de nuevo, he compartido esa pequeña
porción de vida que no hace mucho me descubrió otra persona a la que tampoco
creía conocer. Nuestra voluntad de poder, de ser mejores, de crecer reside en nosotros
de manera innata. Sólo hay que llamar a su puerta e invitarla a bailar. La
tragedia danzará con nosotros hasta la extenuación suspendida en el tiempo
eterno que es la vida.
Gracias,
No hay comentarios:
Publicar un comentario